Enciendes el ordenador. Te conectas a Facebook. Alguna de tus amistades ha compartido un vídeo electoral. Te pica la curiosidad, y te lo miras. Te prometen 10 cosas en 30 segundos, y cinco son enunciados de lo que NO harán. Pasan cinco minutos. Vuelves a mirar tu inicio de perfil. Un nuevo vídeo. Ahora de otro partido. Te lo miras, no muy convencido… Con un primerísimo primer plano te dicen que NO votes el partido anterior. Resoplas. Parafraseando el escandaloso y peculiar ex-entrenador holandés del FC Barcelona, Louis Van Gaal:

 
 
Dejando de lado las limitaciones técnicas de edición en sus vídeos electorales, el guión repetitivo y la manca de estudio del plano con su significado (muchos abusan del primerísimo primer plano), ciertamente, el enfoque que hacen los partidos en sus campañas no es del todo acertado. ¿O ven muchos spots como este?:
 
 

La empresa que confeccionó el anuncio ha ganado diferentes litigios contra los competidores, porque es un anuncio legal (mismo tipo de producto, comparación objetiva con características relevantes y sin denigrar al otro ni dar lugar a confusión), pero… ¿Funciona? ¿Cuántos sectores más trabajan la comunicación de este modo?

1 Evitar lanzar mensajes en clave negativa

2 Hablar lo mínimo posible de la competencia

Un punto básico: en comunicación empresarial se evita siempre lanzar enunciados negativos. No vendes lo que no eres. Vendes lo que eres, tus cualidades. No te compraran por ser menos malo que el otro. Te compraran por ser mejor. Otro punto básico: nunca harás publicidad ni hablarás de la competencia. Malgastar recursos para mostrar otra marca no funciona. El sector privado siempre ha sido más competente, eficaz y rentable que el público, pero los partidos podrían fijarse en cómo trabajan la comunicación las empresas que triunfan. Y no estamos hablando sólo de vídeos y anuncios gráficos, también de cualquier meeting, entrevista, debate, declaración o tweet que haga cada uno de los representantes de los partidos.

Como en educación, el refuerzo positivo lo interiorizamos mucho más que el negativo. Y ahora, en tiempos de crisis, con porcentajes de desocupados nunca vistos, los mensajes deberían ser en clave positiva, tanto del estamento político como del tejido empresarial.

“Neutralidad política en cualquier zona, sea mercado o no, y respeto a las instituciones escogidas democráticamente”, literalmente, es uno de los puntos clave de nuestro código deontológico. Y lo respetamos. No nos posicionamos a favor ni en contra de ningún partido, sino que valoramos, muy por encima, la estrategia de comunicación de las campañas electorales.